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El amor cuando todo se ha perdido

Hay momentos en los que pensamos que todo está perdido. Nuestra experiencia, nuestras expectativas y nuestro conocimiento nos llevan a situaciones en que podemos pensar que lo que nos ocurre en nuestra vida, a quienes queremos y nos acompañan e incluso en nuestro trabajo no tienen solución y podemos llegar a caer en el abandono, con la pérdida de la esperanza y una entrega a la desesperación. 
Hace unos años, en un viaje a Alemania visité el campo de concentración de Sachsenhausen. Está cerca de Berlín y fue el primero que se construyó, pero no es un campo de los más conocidos como Auschwitz o Dachau. El horror de lo ocurrido en los campos de concentración tiene que ser inolvidable, en primer lugar porque la humanidad no puede olvidar lo que ha ocurrido para no caer en el mismo error; pero también es inolvidable porque cuando realizas una visita no dejas de pensar en lo que allí pudo ocurrir. Es una imagen recurrente que te vuelve a visitar en múltiples ocasiones. 



Pero en medio del horror y la desesperación de quienes pasaron por ellos hubo momentos de sublime humanidad, de esos momentos que engrandecen al género humano: experiencias de colaboración y ayuda, de momentos de superación que llegaron a ver que había esperanza y que vivir merecía la pena.
Te propongo dos miradas hacia ese momento en que las personas vemos que hay una situación insostenible, irremediable, pero aún así descubrimos que el amor que tenemos en nuestra vida nos da fuerzas para buscar la esperanza de seguir adelante. Nos acompaña un texto de Viktor Frankl sobre su dura experiencia personal y fragmento de la ópera más conocida y representada de todos los tiempos, La Traviata de Giuseppe Verdi.

Pabellón de prisioneros judíos. Campo de concentración de Sachsenhausen. Foto del autor
Lo demás lo supe después. Lo primero que conocí de Viktor Frankl fue que estuvo prisionero en varios campos de concentración en la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y que sobrevivió. Su experiencia, terrible, dura y estremecedora la paseó, junto con muchos otros prisioneros por distintos campos como Auschwitz, Kaufering III o Tukheim. De esa vivencia nació El hombre en busca de sentido, un libro en el que va desgranando con un relato honesto y sincero la vida en estos campos, las reacciones ante las situaciones inhumanas, la desesperación de muchos que acabaron buscando la muerte antes de que ésta los alcanzara a ellos, los pequeños momentos en que lograban evadirse de la insoportable realidad, las pequeñas ayudas que podían tener entre ellos, la crueldad de los soldados que los custodiaban y, aún peor, la de otros que eran prisioneros como ellos mismos. 
En esta obra, Frankl se pregunta por la razón por la que salió vivo de los campos de exterminio. Por qué él, que había sobrevivido a su familia, a sus amigos, a tanta penalidades y sufrimientos, podía aceptar que la vida fuera digna de ser vivida. 



Porque, y eso lo supe más adelante, Viktor Frankl no era un escritor, un literato, sino que era un prestigioso psicólogo, el creador de la Tercera Escuela de Viena, después del Psicoanálisis de Freud y la Psicología individual de Alfred Adler.
El hombre en busca de sentido está dividido en varias partes, narrando su experiencia como prisionero en tres fases: la primera se titula Internamiento en el campo; la segunda La vida en el campo; y la tercera, Después de la liberación. Concluye este libro duro y crudo con las nociones básicas de la logoterapia y el análisis existencial, la base del pensamiento de esta Tercera Escuela de Viena.
Las distintas experiencias, la mayoría totalmente personales, aunque en determinados lugares se citan algunas de otros prisioneros o guardianes de los campos, son mostradas con los ojos y la mente de un psicólogo que las analiza y valora bajo su mirada atenta y crucial. Según las propias palabras de Frankl: "Nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer al hombre quizá mejor que ninguna otra generación. ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración".



En el enlace, en verde como siempre, tienes una pequeña síntesis biográfica de Viktor Frankl, donde llama la atención la decisión y cómo la toma, de no exiliarse y terminar siendo finalmente detenido y deportado. En este otro te enlazo con unas recomendaciones sobre la adversidad, extraídas de sus teorías.
El texto que te propongo pertenece a la que él denomina la segunda fase, La vida en el campo. En él, Frankl narra con desgarradora precisión una revelación que le ayudó a dar sentido y sobrellevar el horror en el que vivía junto con tantos otros.




 
¿Quién no ha oído hablar de La Traviata? La ópera de Giuseppe Verdi es la más representada de todos los tiempos. En la temporada 2015/2016 se ha representado ¡4.200 veces! en todo el mundo, muy por delante de La Flauta mágica con 3.300 representaciones.
En este blog he tratado de La Traviata en los siguienes enlaces: El reloj, tirano del paso del tiempo y El amor con Neruda y Verdi
El tercer acto se desarrolla en la habitación de Violetta. La tuberculosis está acabando con su vida y ella no cree ya en las esperanzas que le da el médico sobre su curación. Alfredo, que tuvo que huir vuelve a París para suplicar perdón y no separarse de Violetta. Los amantes, como última esperanza, hacen planes para un futuro juntos que saben que no existe. 




Antes de comenzar esta escena, Verdi incluye un contraste teatral muy de su estilo: en la calle se oye el ruidoso festejo del carnaval. Tras éste, la sirvienta irrumpe en la habitación anunciando la llegada de Alfredo. Se produce el encuentro. Tras un silencio, el tenor canta la estrofa Parigi o cara acompañado por las cuerdas en pizzicatto que muestran el latido del corazón. Violetta repite la estrofa con un latido más apagado si cabe aún. Luego comienza un juego de frases, respuestas, silencios y complicidades. El dramatismo, lo que saben ellos y sabemos nosotros, queda momentáneamente eclipsado. El final llegará poco después.



De este dúo hay muchas versiones disponibles pero, por el dramatismo de la escena he descartado las que están cantadas en versión concierto o disco sin imágenes, de las que hay varias muy interesantes y me he decidido por enlazar esta versión cantada en escena. 
La grabación está interpretara por Rolando Villazón y Anna Netrebko en una arriesgada e impactante producción del Salzburg Festspiele (Festival de Salzburgo) de 2005, que ha sido repuesta a comienzos de 2017 en el Metropolitan Opera House de New York con la interpretación en los mismos roles de Michael Fabiano y Sonya Yoncheva en uno de los repartos.

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Con un libro en las manos

Como todos los años, la fecha del fallecimiento de Cervantes y Shakespeare nos sirve de recordatorio sobre la importancia de los libros. Celebrar el Día del Libro es, por un lado, una necesidad desde el momento que no todos tienen acceso a su uso o no los consideran necesarios en sus vidas. Por otro lado, una fiesta gozosa para aquellos que los amamos y los consideramos necesarios en nuestras vidas.
Nadie puede negar la importancia que los libros han tenido y tienen en la transmisión del saber a lo largo de toda la historia de la humanidad. Desde la invención de la escritura, con fines eminentemente prácticos para el comercio, los libros han servido para transmitir el conocimiento de unas generaciones a otras, aunque no siempre avanzando de forma lineal. 
Es posible que precisamente ese uso sistemático como elemento que ayuda al aprendizaje, el libro de texto, sea el que haya hecho que, en determinadas personas, se haya producido un rechazo o indiferencia al uso de los libros en su vida diaria.
Quien no lee habitualmente pierde una oportunidad de conocer otras vidas, ponerse en el lugar de otras personas o culturas y entenderlas, abrir su mentalidad y, en definitiva, tener una opinión propia.
Otra cosas es el formato del libro. Ante las nuevas tecnologías hay opiniones a favor y en contra, defensores y detractores de las mismas. ¿Libro tradicional o libro electrónico? Sería interesante ponernos en el lugar de aquellos monjes que, en sus scriptoriums oyeron hablar del invento de Gutenberg. ¿La imprenta iba a acabar con tantos siglos de cultura? ¿Cualquiera que no estuviera iniciado podría dedicarse a leer o, incluso, a escribir? Los libros, los conocimientos, el saber ¿debían estar al alcance de todos? 

Para celebrar el Día del Libro te propongo un doble acercamiento a los libros. En primer lugar a las sensaciones que nos producen, nuestra primera biblioteca y la amistad que nos proporcionan de la mano del autor israelí Amos Oz. Una obra de Donizetti utiliza la excusa de los libros para desarrollar la historia de amor entre sus protagonistas.


Nacido pocos meses antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Amos Klausner firma sus libros como Amos Oz. Novelista, periodista, profesor de literatura en la Universidad Ben-Gurión, co-fundador del movimiento pacifista Shalom Aishav (Paz Ahora) y miembro de la Academia Europea de las Ciencias y las Artes, Oz es una de las personalidades que luchan por desarrollar sus ideas en favor del pacifismo, el diálogo y la búsqueda de soluciones a los conflictos que tienen enquistada su tierra natal, ya que nació en Jerusalem antes de que existiera el estado de Israel moderno.
Crítico con quienes no buscan soluciones dialogadas a los conflictos, Amos Oz ha visto cómo su vida ha sido amenazada por los sectores más conservadores y radicales de su país: "Es un orgullo que algunos israelíes me llamen traidor por oponerme a la ocupación", lo que le ha hecho pertenecer al grupo de los que él llama con orgullo "traidores" junto con Lincoln, Gorbachov, De Gaulle, Sadat, Isaac Rabin o Simon Peres.
Recibió el Premio Goethe de Literatura por Una historia de amor y oscuridad, el Príncipe de Asturias de las Letras en 2007, además de haber sido candidato al Nobel de Literatura durante varios años consecutivos. Entre sus obras destacan, además de la citada, La caja negra, Hasta la muerte, Conocer a una mujer o Judas, publicada hace un par de años.



Pero lo que nos trae en esta ocasión al escritor israelí es su amor por los libros, algo que comenzó como afición y continúa como necesidad. Dos extractos de este amor por los libros nos acompañan. Por un lado, una anécdota que relata de su primera infancia. 
Apasionado de los libros, Amos Oz cuenta que con seis años su padre le dejó un hueco en su estantería y le dejó poner allí sus libros. "Fue un gran día para mí. Para ser exactos me cedió unos treinta centímetros, más o menos un cuarto de la superficie del estante de abajo. Abracé todos mis libros, que hasta ese día habían estado tendidos en una banqueta junto a mi cama, los llevé en brazos hasta la vitrina de mi padre y los puse de pie, como es debido, de espaldas al mundo exterior y de cara a la pared". Puedes leer la entrevista completa en el enlace (en verde como siempre en el blog): Amos Oz, el siglo de Israel.
Mucho tiempo tardó Oz en decidirse a escribir un libro como Una historia de amor y de oscuridad, en el que sacó a la luz a sus padres, emigrantes judíos de orígenes rusos y polacos que llegaron al Mandato Británico de Palestina. Él, un aficionado a lo sublime, erudito filólogo que no pudo acceder a la docencia universitaria; ella, amante de la literatura, que improvisaba historias al acostar a su hijo y que se suicidó cuando éste contaba con doce años. Su tío Yosef, incansable lector y polemista en eternas discusiones con su vecino Agnón (un futuro Premio Nobel), quien le enseñó que no había nada más asombroso como crear una nueva palabra que se mezcle con las de un idioma y se vuelva eterna por su uso, ya que los libros se hunden poco a poco en el olvido. Su huida a los quince años a un kibbutz donde lee y relee a Hemingway y que acabará forjando su vida.
A este libro, al que da forma de novela para mostrarse ante los lectores, pertenece el texto que nos acompaña en esta entrada dedicada a los libros.


La relación entre literatura y ópera es enorme. Muchas son las óperas que han surgido de libros (novelas u obras de teatro, sobre todo) a los que se han adaptado para ser llevadas a la escena. En otras ocasiones, el libro del que partía la obra musical apenas ha tenido trascendencia y apenas es conocido. Entre los primeros podemos destacar algunas óperas de Verdi como Macbeth, Otello o Falstaff, basadas en obras de Shakespeare; La Traviata, sobre La dama de las camelias de Alexandre Dumas hijo; La forza del destino, a partir de Don Álvaro o la fuerza del sino de Ángel Saavedra Duque de Rivas o Rigoletto adaptada de El rey se divierte de Victor Hugo.
Gaetano Donizetti es uno de los grandes compositores de la primera parte del siglo XIX, junto con Rossini, Bellini y el joven Verdi, uno de los máximos exponentes del periodo belcantista, donde la melodía y el protagonismo de los intérpretes llegan a los momentos más sublimes de la historia de la ópera, muy por encima de la consistencia de algunos argumentos, que quedaban relegados a un lugar menor relevante. 
Autor de más de setenta óperas, la mayoría serias entre las que destacan Ana Bolena, Lucrecia Borgia, La Favorita o Lucia di Lammermoor, también hay entre su producción obras cómicas como L'Elisir d'amore (El elixir de amor) o Don Pasquale.
L'Elisir d'amore es una obra deliciosa, una irónica parodia sobre la leyenda de Tristán e Isolda y el filtro de amor que los unió; una comedia sin pretensiones, pero que tiene la virtud de encantar al público, con unos personajes extraídos de los tipos de la ópera bufa y unas melodías pegadizas que se te quedan metidas en el oído y no dejas de tararear entre sonrisas de complicidad.



Un libro. Esta es la razón que une esta obra con el texto, aunque en este caso, el uso del libro tenga un sentido irónico. Nemorino, ingenuo campesino nos confiesa que está enamorado de la bella y rica Adina. Ella cuenta a los pueblerinos la historia de amor de Tristán e Isolda y se burla del filtro con que Tristán conquistó el corazón de su amada. Esta escena es de la que Donizetti se sirve como pretexto para iniciar su obra y que hará que el embaucador Dulcamara, curandero y charlatán ambulante proporcione a Nemorino ese elixir milagroso (una botella de Borgoña, en realidad) que le dé el amor de la esquiva Adina.















L'Elisir d'amore
es una obra ideal para quienes quieren escuchar una ópera por primera vez. La versión que enlazo pertenece a una producción de la Stattsoper de Viena de 2005 que reunió un elenco encabezado por el tenor mexicano Rolando Villazón como Nemorino, la soprano Anna Netrebko como Adina acompañados por Leo Nucci como Belcore e Ildebrando d'Arcangelo en el rol de Dulcamara, una producción que hizo época y que está en Youtube subtitulado en castellano en varios vídeos consecutivos. Una obra y en una versión para disfrutarla.



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Escenas de bohemios en París

París, jóvenes artistas y bohemios son imágenes que tenemos asociadas en nuestras mentes. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la actualidad, lugares como Montmartre, el Barrio Latino o Montparnasse han visto vivir y transitar por sus calles a tantos aspirantes a pintores, músicos o escritores que pocos lugares son reconocidos como ciudades de los artistas como París.
En esta entrada te propongo una visita que une París y los jóvenes artistas con imágenes, una literaria y varias musicales con el libro El alma encantadora de París y la ópera La Bohème de Puccini



Enrique Gómez Carrillo es hoy en día un escritor prácticamente olvidado. Natural de Guatemala, vivió largos periodos en Madrid y París, fue amigo de Rubén Darío participando en el movimiento Modernista, siendo colaborador en distintos periódicos y, sobre todo, un viajero incansable. 
Sus libros con las crónicas de viajes reflejan este interés: El alma encantadora de París, El Japón heroico y galante, La sonrisa de la Esfinge, Jesuralem y la Tierra Santa, Vistas de Europa, El encanto de Buenos Aires o La Grecia eterna y la Rusia actual escritos en las dos primeras décadas del pasado siglo, son algunos de los libros en los que Gómez Carrillo refleja la aventura hedonista, el detalle exótico, la paz del viaje, el vagabundeo despreocupado, ese lugar desconocido que al descubrirlo cause la admiración en el lector. Según él mismo escribe, "... lo que busco es algo más frívolo, más sutil, más pintoresco y más positivo: la sensación".
Personaje muy conocido en su época, bohemio empedernido, cambió su nombre auténtico Enrique Gómez Tible (sus amigos escritores se burlaban llamándole Comestible) por los apellidos paternos. Se casó tres veces, entre otras con la cantante Raquel Meller, fue acusado de haber traicionado a su amante Mata Hari para que la fusilaran, acción de la que fue exculpado después de su muerte. Falleció en 1927 tras una vida de excesos como bebedor, mujeriego, pendenciero y duelista tras un derrame cerebral.
De El alma encantadora de París (1902) es el fragmento que acompaña esta entrada.

Para componer La Bohème, Giacomo Puccini se basó en Scènes de la vie de bohème de Henri de Murger, un folletín que fue publicándose por entregas hasta convertirse en novela como La vie de Bohème (La vida bohemia). Se trataba de unas publicaciones cuyos protagonistas eran jóvenes artistas, genios en potencia, astutos y pícaros en ocasiones que sobrevivían buscando el éxito con sus amadas costureras y peluqueras en el París de Luís Felipe de Orleans. Eran una serie de cuadros realistas en los que se podían identificar a algunos personajes conocidos.
Leoncavallo le propuso a Puccini trabajar juntos en una versión para llevar al escenario esta novela. Finalmente, y después de desencuentros personales, cada uno elaboró una ópera, siendo la que nos ocupa más popular, aunque menos fiel al original.
Con guión de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, los libretistas habituales de Puccini, la "Santísima Trinidad" con que el compositor se refería a él y su equipo de  colaboradores, La Bohème se estrenó en febrero de 1896 con la dirección de uno de los grandes, Arturo Toscanini, de quien celebramos este año el 150 aniversario de su nacimiento.



Cuando Mimí entra en la buhardilla donde está Rodolfo, Puccini la trata de forma especial. El ambiente exterior nevado, el frío, la chimenea apagada, el tiempo desaparecen para centrarse en la figura que entra. 
Las dos arias que traigo a esta entrada han pasado a la historia. Sus primeras frases las conocen todos los amantes de la ópera: Che gelida manina! (¡Qué manita tan fría!) y Si. Mi chiamano Mimí (Sí. Me llaman Mimí).
En Che gelida manina! Rodolfo logra conquistar a su vecina Mimí a la vez que a todos los que lo escuchamos. La palabra es aquí la clave para la seducción con un comienzo tímido, titubeante, que se va creciendo cuando se presenta como poeta y arrebatado soñador. Puccini detiene o acelera el ritmo según lo pida el texto, desplegando su melodismo con una expresividad que alcanza su cenit en la frase "la dolce speranza".


La interpretación corre a cargo de Luciano Pavarotti con la silenciosa presencia de Mirella Freni en una producción de 1987 en la ópera de San Francisco bajo la dirección de Tiziano Severini.




Inmediatamente a continuación sigue el aria Si. Mi chiamamo Mimí que retoma la conversación entre ambos para contarnos su sencilla vida de costurera, hasta lograr emocionarse y emocionarnos desde "il primo sole è mio" y la forma de utilizar las melodías que son muy expresivas, se desarrollan en poco tiempo y desaparecen para dar paso a la siguiente, creando una música muy sentimental que llega a tocar la sensibilidad del espectador. El final del aria es en forma de recitativo.



Boceto de Hein Heckroth para la escenografía de La Bohème de la StattOper de Essen (1930/1931)


El aria está interpretada en versión concierto por Kiri Te Kanawa con la London Symphony Orchestra dirigida por Stephen BarlowLa soprano neozelandeza, con su pronunciación exquisita, despliega su voz cargada de matices e inflexiones acompañando los cambios de tempi con que Puccini describe el agitado latir del corazón de Mimí.





Si te apetece, y para finalizar enlazo con una grabación que une las dos arias en el final del Acto I. Se trata de una versión fílmica de 2008 dirigida por Robert Dornhelm y protagonizada por Rolando Villazón y Anna Netrebko. La escena comienza con la llegada de Mimí a la buhardilla de Rodolfo y finaliza con un dúo que también merece una entrada en el blog, O soave fanciula.

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La Pasión según Bach

Hay autores que abren caminos, que crean obras que revolucionan el mundo en el que se encuentran, que son genios por la importancia de sus obras, el momento en que lo hacen y el legado que dejan tras ellos.
La principal característica de un genio se basa en dedicarse a su asunto, su tema, con una intensidad mayor que la usual en los demás, y Bach era un genio. Además, para él, el asunto al que se dedica era siempre más importante que su persona, y ese asunto, la música y su función divina entre las personas, era lo fundamental para él.
La figura y la personalidad de Johann Sebastian Bach nos llevan directamente a la música. Él era músico y la música no era el centro, sino la esencia, el contenido de su vida. 
El texto y la música que te propongo en esta entrada giran alrededor de Bach. Por un lado, unas líneas sobre él del libro La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach y un recorrido en varias Jornadas sobre una de sus obras más emblemáticas.


Publicado de forma anónima, La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach apareció como un relato narrado en primera persona por la segunda esposa del músico. Con el paso del tiempo, la musicóloga Esther Meynell reconoció ser la autora del texto. 
En él, Meynell, en boca de Ana Magdalena, realiza un retrato psicológico, humano y artístico del compositor alemán, narrado con toda la veneración y respeto, unido a una rigurosa exposición de hechos y sentimientos con que la viuda de Bach podría haberlo escrito por sí misma el relato.
De él selecciono uno de los textos que nos evocan la composición de La Pasión según san Mateo.



Pocos compositores han tenido una obra que haya hecho avanzar tanto la música y haya influido tanto en otros autores y en la evolución de la música posterior como Bach. Independientemente de las creencias de cada quien, su obra tiene una capacidad de trascender de lo material, lo individual y lo rutinario para llegar a elevar al ser humano a una condición espiritual.
En su Matthäuspassion (Pasión según san Mateoescribe una de las mayores composiciones musicales de toda la historia. Una obra cumbre que llega a penetrar en la sensibilidad de quien la oye, tan grande y excelente que no tiene rival en ninguna otra partitura.
Bach se encontró para poder llevarla adelante con dificultades de toda índole: En su composición, a la que no podía dedicar todo el tiempo que deseaba. En los cantantes de los coros, que tanta importancia llegaron a tener, y que fueron los niños de las corales de su iglesia. En las orquestas, que consiguió dividiendo la que tenía en dos agrupaciones. En los solistas, que eran alumnos aventajados del coro, entre los que no pudo contar con su esposa, ya que las mujeres no podían ser escuchadas en las iglesias. En el tiempo que dedicó a los ensayos, sólo después de las interpretaciones de las cantatas de cada domingo a lo largo de tres semanas. En poco más de veinte horas de ensayo, Bach montó una obra monumental con dos órganos, dos coros, dos orquestas, y los solistas. Algo impensable para todos aún hoy en día.





El estreno no fue un éxito y la obra quedó aparcada durante un tiempo, hasta que varios años más tarde, el propio autor volvió a retocarla e interpretarla con mayor éxito, cuando los oyentes de Leipzig estuvieron más preparados para poder apreciar tan monumental composición.
Dada la extensión de La Pasión según san Mateo que supone algo más de tres horas de duración, hace un tiempo presenté en este blog un recorrido para oírla en siete sesiones a las que llamé Jornadas. Éstas presentan un recorrido por algunos de los momentos más bellos y significativos de la obra, las interpretaciones de varios de los especialistas más reconocidos de la obra de Bach y unos comentarios a las características de la composición.
Aunque las publiqué en siete Jornadas para oírlas durante ese número de días, puedes plantearte cómo seguirlas en función de tus gustos, tiempo disponible o voluntad, siguiendo los enlaces.


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